Hablando de abominaciones

Dalí se retuerce los bigotes de furia en su tumba ante este nuevo insulto pictórico perpretado por Rambo. En esta composición inconexa observamos la figura predominante de un párroco rociando un helecho. El edificio del costado y las montañas de abajo son producto del amontonamiento "creativo" (o la escasez de papel).

Esta vez sí que no sé qué pasaba por mi inconsciente (quizás justo salió a tirar wheelies en el ciclomotor).

6 comentarios:

Eduardo Alvarado dijo...

Qué dices, a Dalí le habría encantado!
El tema y el texto...genial!

Anónimo dijo...

ese edificio parece un loro en su barrita balanceándose. una genialidad que dali envidiaria

godsize dijo...

Es genial, genial genial, el edificio del fondo y las montañas chiquitas abajo le dan una onda surrealista increíble.
Y el cura regando un helecho tiene que ser un número de la quiniela.

La Peste dijo...

Voy de blog en blog quedando siempre abajo de godsize.
En qué demonios habrá estado pensando?
Sus dibujos encierran algo en tanta simplicidad... porqué el cura rocía un helecho?... ESO NO PUEDE SER NORMAL!!

Nico dijo...

Un cura rociando un helecho es algo que va años luz más allá del límite de mi imaginación dibujeril. Además el dibujo está bueno.
Y los de tinta roja ya quedaron fuera de cartel, pero se los aplaudo mucho también.
Saludos.

gen71 dijo...

Copado el dibujo del cura, que demuestra que en sus ratos libres, los clérigos no solo se dedican a comer pebetes.

Por otro lado, el texto me abrió la cabeza, mas precisamente con el paréntesis final.
Nunca había visto escrita la palabra "wheelies" en un correcto inglés, digno de Laurence Olivier.
Ahora entiendo todo... yo le mandaba willys en mi ignorancia, pudiendo únicamente relacionarlo con el desafortunado hermano de Arnold en la serie Blanco y Negro (que era en colores).

La pastilla?
Ya voy, ya voy...